El lunes la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra emitió un comunicado urgente advirtiendo sobre lo que le sucedió a unas 30 familias campesinas de uno de los campos comunitarios que habitan desde hace más de 50 años en Jocolí, Lavalle. Allí, en el campo La Estación, un grupo de matones armados encabezado por una supuesta empresaria que esgrimía tener un título de propiedad, un escribano y un abogado irrumpió aduciendo que eran los dueños y amenazando a los campesinos. 
Para obtener más detalles, desde Sin plumas en la lengua nos comunicamos con Horacio, integrante de la Asociación Campesina de Cuyo, quien contó la situación que vivieron las familias campesinas del norte de Mendoza.
Horacio expresó: «Fue una situación complicada porque entraron varios individuos aduciendo que son dueños. Teníamos gente trabajando en la cantera y fueron amenazados con una recortada y una pistola. Fue un momento tenso para gente que estaba trabajando y para el compañero de la organización. Vienen siempre mencionando que vienen con el fiscal y el juez, artimañas que han aprendido de oficio».
Horacio afirmó que «llevan casi 6 décadas los más antiguos, donde pastorean y crían sus animales», y además contó que han hecho muchos avances en el campo a través de distintos proyectos.
Sobre la propiedad del campo de Lavalle, el campesino de Jocolí aseveró que la posesión legal es indiscutible que la tienen ellos: «Acá hay una usurpación de la posesión, y eso es lo que tiene que entender el fiscal, que a veces no lo entienden porque hay cuestiones, pero trataremos que lo entiendan». Según comentó, la denuncia ya fue realizada en Las Heras.
Sobre la actividad del campo, destacó: «Hay crianceros caprinos y bovinos, y en la otra parte hacemos hortalizas, ahora hemos conseguidos 250 hectáreas de derecho de riego, que será para pastura».
Por último, señaló que esto tiene que ver con un vínculo que hay entre la justicia, los políticos y la policía.
