Tormentas eléctricas: 7 gestos simples que pueden salvarte

Las tormentas eléctricas son fenómenos naturales que suelen aparecer en ciertas épocas del año, sobre todo a finales de agosto y en septiembre. Aunque nos regalan un espectáculo impresionante, también pueden poner en juego nuestra seguridad, tanto en casa como al aire libre. Por eso, saber de qué va todo esto y cómo actuar puede evitar accidentes feos.
Peligros en casa
Cuando hay tormenta, hay sitios en la casa que se ponen realmente complicados. El baño, por ejemplo, es uno de los lugares más arriesgados, ya que los rayos pueden viajar por las tuberías de metal. Por eso, meterse en la ducha o en la bañera mientras la tormenta no se ha ido es algo que se debe evitar a toda costa. Mejor esperar hasta que todo se calme.
Aparte del baño, otras zonas como los lavabos, lavanderías y garajes con estructuras metálicas también pueden ser peligrosas. Los electrodomésticos conectados a la corriente se pueden ver afectados por subidas de tensión provocadas por los rayos, lo que podría desembocar en incendios o fallos eléctricos. Hasta los teléfonos fijos y las antenas de televisión corren riesgo de causar accidentes en estas circunstancias.
Por otro lado, estar cerca de las ventanas no es lo más recomendable, ya que podrías exponerte a descargas directas o indirectas. Esta situación es aún más delicada si tu hogar no cuenta con pararrayos o dispositivos que eviten las sobretensiones, por lo que instalar este tipo de protecciones es una buena idea.
Peligros al aire libre
Fuera de casa, también hay que tener cuidado cuando se desata una tormenta eléctrica. Lugares abiertos como playas, piscinas o cualquier área sin cobijo deben evitarse durante estos episodios. Si un rayo cae sobre el agua, la energía se dispersa con rapidez y puede alcanzar a personas que se encuentren a decenas de metros.
Los terrenos despejados, como campos o parques, también son complicados. Aunque a veces estar bajo un árbol solitario parezca una opción segura, estos árboles suelen atraer los rayos, lo que puede derivar en lesiones muy serias.
Prevención a mano
Hacer lo posible por tomar algunas precauciones puede marcar la diferencia entre pasar la tormenta ilesos o sufrir un accidente. Por ejemplo, es mejor posponer actividades como bañarse o manipular tuberías de metal hasta que la tormenta haya terminado. Asimismo, conviene dejar de usar aparatos eléctricos durante este tiempo.
Si estás fuera de casa, lo más aconsejable es buscar refugio en un edificio seguro o en un coche cerrado, ya que estos lugares te ofrecen una mejor protección contra los rayos. También es buena idea dotar tu hogar de pararrayos y limitadores de sobretensión, que ayudan a canalizar la descarga eléctrica al suelo y protegen el sistema eléctrico interno.
Cambios en la rutina diaria
Cuando se avecina una tormenta eléctrica, es normal que tengamos que cambiar un poco nuestra rutina para estar seguros. Actividades cotidianas como bañarse o contestar el teléfono fijo deberían posponerse hasta que pase el peligro.
Es importante que todos en casa, desde los niños hasta los adultos mayores, estén al tanto de estos riesgos y sepan cómo proceder para cuidarse bien durante una tormenta.
Saber cómo se mueve la electricidad a través del agua, el metal o los cables nos ayuda a anticipar situaciones complicadas. Enseñar a todos sobre estos temas no solo refuerza la seguridad personal, sino que también protege a los que te rodean. Con un hogar bien preparado y actitudes adecuadas en una tormenta eléctrica, este fenómeno natural se puede disfrutar como un bello espectáculo sin que se vuelva un problema.