Un vistazo a la historia y uso tradicional del orégano
El orégano ha formado parte del día a día en las culturas mediterráneas desde tiempos antiguos. Se valoraba tanto por intensificar el sabor de los alimentos como por sus propiedades medicinales pasadas de generación en generación. Hoy en día, además de darle sazón a las comidas, se utiliza en infusiones y aceites esenciales que ayudan a cuidar la salud (como complemento en el hogar).
Estudios recientes, realizados por instituciones como la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos y la Fundación Española de la Nutrición, han puesto de relieve sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. Estas investigaciones muestran que el orégano puede ser un buen compañero para llevar un estilo de vida saludable.
Cómo favorece el orégano a la salud
Incluir orégano en la dieta de forma regular puede traer un montón de beneficios. Se le atribuye la capacidad de fortalecer el sistema de defensa natural, mejorar el funcionamiento de las articulaciones y contribuir a una piel más sana. Su aporte de vitaminas A, C, E y K lo convierte en un complemento natural muy interesante. Además, minerales como el calcio, hierro y magnesio que contiene ayudan a cuidar la salud cardiovascular y a regular el nivel de azúcar en la sangre.
Entre sus componentes activos destacan el carvacrol y el timol. Estos compuestos son los responsables de su potente acción antioxidante y de combatir de forma natural bacterias y hongos. Los flavonoides presentes en el orégano también colaboran para reducir inflamaciones en las articulaciones, lo que se traduce en una mejor movilidad.
Propiedades digestivas y otras ventajas
Conocido tradicionalmente por aliviar trastornos digestivos, el orégano se usa en infusiones para calmar calambres abdominales y la inflamación intestinal. Sus aceites esenciales actúan contra bacterias dañinas como E. coli o Salmonella, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y a regular la microbiota.
Un dato a destacar es su contenido en hierro, que ronda los 44 mg por cada 100 g, lo que puede ayudar en la prevención de anemias. Además, se le atribuyen otros beneficios, como aliviar molestias respiratorias leves, dolores menstruales y tensiones musculares. También se estudia su papel preventivo en afecciones metabólicas como la osteoporosis o la aterosclerosis.
Cómo incluir el orégano en tu día a día
Para aprovechar al máximo sus propiedades, se recomienda preparar una infusión sencilla: hierve un litro de agua junto a dos cucharadas de hojas secas de orégano y deja reposar unos minutos antes de tomarla. Es importante tener en cuenta que el aceite esencial, por su alta concentración, debe consumirse bajo supervisión médica.
Incorporar el orégano en tus recetas es muy fácil, ya sea espolvoreándolo en tus platos preferidos o disfrutándolo en forma líquida como infusión. Esta práctica no solo le dará un toque especial a tu alimentación diaria, sino que también contribuirá a mejorar tu bienestar general.
El orégano ofrece mucho más que un sabor único en la cocina; es un compañero de la salud con múltiples beneficios respaldados por la ciencia, lo que puede traducirse en una mejor calidad de vida. Incluirlo de forma consciente en tu rutina diaria puede ser un paso sencillo hacia un estilo de vida más sano y equilibrado.