Durante el mediodía del jueves, la Policía Bonaerense desarrolló un violento operativo de desalojo violento -que incluyó un gran despliegue de efectivos y el uso de topadoras- del barrio Nueva Esperanza, en el partido de Merlo. Allí, desde octubre del año pasado intentaban hacer efectivo su derecho a la vivienda 2000 familias de la provincia de Buenos Aires.
Desde el pasado sábado, cuando murió Oscarcito (de 8 años) víctima de una bala por un enfrentamiento entre narcos que intentaban ganar terrenos en la zona, el barrio Nueva Esperanza es víctima de una virulenta operación mediática y política que estigmatiza a las familias que luchan por su derecho constitucional a la vivienda e invisibiliza los vínculos entre el narcotráfico y las fuerzas políticas, judiciales y policiales que hoy se encargaron de ordenar y operativizar el desalojo.
En conferencia de prensa, Anahí Benítez, delegada del barrio, denunció que las fuerzas de seguridad actuaron ilegalmente ya que las familias del barrio contaban con una orden del juez posterior a la orden de desalojo que prorrogaba la toma por 180 días más. Esta visible irregularidad, que da cuenta que la protección de los ciudadanos y sus derechos constitucionales es el último de los intereses considerados, provocó que durante el mediodía de ayer el fiscal Capello suspendiera temporariamente el desalojo.
Sin embargo, luego de la conferencia, las fuerzas de seguridad retomaron el operativo hasta lograr el completo desalojo del predio. La acción contra estas familias fue defendida públicamente por el ministro de Seguridad bonaerense Cristian Ritondo.
“Quienes nos encontramos en este predio que se encontraba deshabitado hace largos años y había devenido en un basural, solo queremos acceder a un techo para nuestros hijos e hijas. Somos familias que limpiamos el lugar, organizamos el espacio para construir un barrio con calles, plazas y merenderos y que queremos que se nos de la posibilidad, hoy negada, de acceder a la compra de las tierras de manera que podamos pagarlas”, expresaron los vecinos en un comunicado.
Foto: Camila Parodi
