Calidad del agua y cómo la vemos
Francia tiene la fama de ofrecer un agua del grifo de muy buena calidad. Aun así, en ocasiones pueden producirse contaminaciones temporales por fenómenos meteorológicos o reparaciones en las infraestructuras. Esta inquietud lleva a muchos a elegir el agua embotellada, pensando que es la opción más segura.
Pero un informe publicado en BMJ Global Health por el centro médico Weill Cornell pone en jaque esa creencia. La investigación señala que muchas de estas aguas contienen contaminantes preocupantes como microplásticos, ftalatos y bisfenol A (BPA). Estos compuestos provienen, sobre todo, de los materiales con los que se fabrican las botellas y pueden disolverse en el agua, sobre todo cuando se almacenan mucho tiempo o se exponen a las altas temperaturas.
Efectos en la salud y en el medio ambiente
Ni los microplásticos ni el BPA son solo palabras técnicas; tienen efectos reales en la salud. El BPA se conoce por desordenar el sistema hormonal, mientras que los microplásticos pueden acumularse en el organismo y alterar distintos sistemas biológicos.
Además, las botellas de plástico representan un problema medioambiental importante. Su producción y el proceso de reciclaje requieren muchos recursos y generan residuos que, en ocasiones, no se gestionan de forma adecuada. Esto suma más razones para pensar bien nuestras elecciones si queremos ser más sostenibles.
El aspecto económico y otras opciones
Económicamente, el agua embotellada sale mucho más cara que la del grifo. Los estudios sugieren replantearse su uso, no solo por temas de salud y medio ambiente, sino también por cuestiones económicas.
Una opción práctica es apostar por el consumo de agua del grifo, usando filtros domésticos si se desea mejorar la calidad percibida. Estas alternativas no solo resultan más baratas, sino que además pueden ofrecer una seguridad comparable o incluso superior a la del agua embotellada.
Infórmate para decidir mejor
Es fundamental estar bien enterado sobre la calidad del agua local. Consultar periódicamente a las autoridades sobre el estado del agua del grifo y prestar atención a cualquier aviso sanitario puede ser determinante para tomar decisiones acertadas.
El estudio de Weill Cornell subraya la necesidad de repensar nuestros hábitos diarios respecto a este tema. Apostar por opciones más sostenibles, como usar el agua del grifo o instalar sistemas de filtración en casa, puede ayudarnos a reducir gastos innecesarios y aportar al cuidado del planeta.
Estar bien informado sobre estos asuntos no se debe tomar a la ligera. Cada decisión diaria suma efectos importantes en nuestra salud y en el entorno, y, al sopesar todas estas consideraciones, podemos optar por alternativas que favorezcan tanto nuestro bienestar como el del planeta.