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“TENER UNA GUITARRA EN LA MANO ERA UN ACTO ABSOLUTAMENTE SUBVERSIVO Y PERSEGUIDO”

Escribir canciones, pensar ritmos, tocar en público se convirtió en un desafío donde el poder y la censura de la Dictadura hicieron mella. El trovador sanjuanino, Daniel Giovenco, nos recordó lo que fueron esas épocas oscuras en nuestra provincia, y como lo vivió el movimiento artístico local.

Las noches eran solitarias y apáticas para quien quisiera salir con su guitarra a tocar y subirse a un escenario; el toque de queda fue una medida clave para atacar la libertad de expresión en manos de las Juntas Militares “tenemos que tener en cuenta esto, sobre todos en estos tiempos donde el fascismo ha vuelto con ideas renovadas”.

Los artistas tenían que pasar “pruebas” para dar a conocer sus letras. Al punto que los propios artistas omitían frases para evitar conflictos. Las bandas y solistas tuvieron que optar por elegir escenarios y festivales organizados con la complicidad del Proceso.

A Daniel Giovenco, la Dictadura Cívico Militar lo marcó en su identidad como músico y como persona “voy a decir una sola cosa, aunque sea chiquita, para que esa sola cosa sea asimilada por alguien que la necesita”. Aprendió de las metáforas para que lo entiendan los “amigos” y para disputarle a sus “enemigos”.

La Lechuza
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