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Junín de los Andes se encuentra en emergencia ambiental desde 2014. En ese momento se creó la comisión de desarrollo ambiental conformada por el Ejecutivo municipal, organizaciones sociales, instituciones públicas, cooperativas de viviendas la asamblea socioambiental de la localidad.
La comisión fue creada con el fin de analizar la problemática, diagnosticar el estado de situación y plantear soluciones para revertir los procesos que llevaron a la emergencia ambiental. De ese espacio de trabajo multisectorial se elaboraron dos informes de diagnostico: “Estado de Situación y Sugerencias para el Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos de Junín de los Andes” y “Estado de situación y acciones sugeridas: “tratamiento de efluentes cloacales”. Allí se sugieren, además, los pasos a seguir a corto, mediano y largo plazo.
Luego de dos años sin respuesta, la asamblea socioambiental decidió presentar su renuncia a dicha comisión y denunciar públicamente al municipio de Junín de los Andes por no cumplir con los acuerdos establecidos y por no mostrar interés en avanzar con soluciones concretas.
Así lo explicó Luis Mercurio, integrante la asamblea, quien afirmó que “la situación está peor que antes”:
En conferencia de prensa, leyeron la renuncia presentada en donde afirman que “lejos de mejorar, el estado actual del vertedero es peor que el expresado en el informe de diagnostico presentado en Febrero 2015. Despostes de carnicería, animales silvestres muertos, personas revolviendo la basura, entrada y salida de vehículos sin ningún tipo de control y hasta personas disparando dentro del predio hacen de esta situación inmanejable y llevan nuestra capacidad de tolerancia a un límite”.
En otro apartado,denuncian la falta de interés del Concejo Deliberante en trabajar en el espacio de la comisión, en donde Luis Madueño (concejal actual por el MPN) tenía una participación “escasa” o “nula”.
Con la llegada del calor, la situación se agudiza, ya que el basurero linda con el loteo social (900 lotes), el barrio 101 viviendas y los barrios de la cooperativa Nueva Esperanza. Quienes viven allí están afectados directamente por la contaminación en el aire irrespirable, los incendios que se crean en el vertedero, la plaga de moscas y ratas y el aumento de la basura expuesta que viene en aumento en los últimos meses.
