Ayer a la tarde, en un operativo irregular y desmesurado, policías de Jáchal y del grupo GAM (Grupo de Apoyo Motorizado), que depende del Comando, se llevaron detenidos a 11 jóvenes que estaban pintando un mural en una pared que había sido cedida por el propio hijo del dueño.
Los jóvenes jachalleros detenidos, vinculados al Centro Cultural Sandunga, que estaban pintando un mural en una esquina de Jáchal junto al artista plástico Ponja Roca, se vieron sorprendidos ante la aparición de un gran número de policías que se los llevaron a ellos y a todas las pinturas y pinceles, argumentando que no tenían autorización, por lo que los llevarían a la comisaría para averiguar antecedentes y aplicarles una contravención. Sin embargo, es un claro ejemplo de amedrentamiento a una expresión artística que difiere de la cosmovisión oficial y megaminera.
Mariano Fernández, uno de los detenidos, desmintió lo que se dijo en algunos medios: «Nosotros no caímos por drogas, caímos porque no teníamos autorización para pintar en un lugar privado, pero teníamos la autorización del hijo del dueño». También agradeció a los vecinos que se solidarizaron con la situación y se acercaron a la Comisaría 21° y expresó: «No somos delincuentes, no somos gente que quiere hacer daño, somos gente que está en lucha y distintos grupos sociales, que siempre busca las maneras más pacíficas de expresarse, de crear conciencia de lo que pasa en Jáchal, a través de marchas y murales, de cosas que no molesten a la gente».
Por último, Mariano dijo: «Esto no tiene que volver a pasar, que por hacer un mural o expresarte a través de lo que te gusta hacer te lleven preso, el arte no es delito, nunca imaginé que acá en Jáchal nos podían reprimir de tal manera».
