Bonadío tomó esa medida en el marco de la causa en la que se investigan sobreprecios y otras irregularidades en este plan puesto en marcha por el gobierno anterior. Según el juez, tanto las cunas como los saquitos de dormir podrían traer riesgos para la salud y deben ser destruidos, mientras que el resto de los elementos del kit pueden ser distribuidos.
Durante los seis meses que funcionó el programa Qunita, el gobierno anterior llegó a distribuir unos 75 mil kits a cerca de 300 maternidades de todo el país. Su objetivo prinicipal era garantizar el acceso equitativo a los insumos y recursos necesarios para el cuidado y crianza de los niños y niñas desde su nacimiento, durante los primeros
meses de vida, así como también para un adecuado puerperio. El kit completo incluía -además de la cuna y los saquitos- ropa para el bebé, porta bebé, bolso materno y cambiador, elementos de uso cotidiano, libros de cuentos infantiles y una guía de cuidados para la mamá y el bebé.
Ayer, en la Isla Maciel (provincia de Buenos Aires) pediatras, referentes sociales y beneficiarios del plan brindaron una conferencia de prensa para rechazar la decisión del juez.
La pediatra Gabriela Bauer, expresó: “esto es un atropello a un programa, a una política pública que se había implementado y que intentaba dar garantía de derechos a aquellos que llegan a la vida”. También dijo que, en distintos lugares del país, se están organizando charlas como la de ayer para “detener el avasallamiento de este derecho conquistado”.
Mientras tanto, la diputada nacional Carolina Gaillar del Frente para la Victoria aseguró que la decisión del juez Bonadío no tiene fundamento técnico: “ha manejado de manera tendenciosa y falaz la información”.
