Un nuevo país latinoamericano intervenido por el FMI y su paquete de medias. Desde el martes 1 de octubre, cuando el presidente Lenin Moreno decretó la quita de subsidios y liberación en los precios del combustible, como también otras reformas de carácter laboral, lograron que una multitud saliera a las calles a reclamar y pedir la renuncia del presidente.
En una nueva edición de Estamos a Favor, pudimos conocer un poco mas sobre lo que está viviendo la sociedad ecuatoriana, gracias a los testimonios presentados por Samuel Martínez, comunicador popular argentino, que lleva 20 años viviendo en Ecuador, y que esta realizando su aporte al levantamiento popular a través del periodismo y la comunicación.
Las manifestaciones de los sectores populares, indígenas, sindicales y de trabajadores se ha expandido por todo el país y focalizado principalmente en Quito. Lamentablemente el número de muertos y heridos por la represión sigue en ascenso, e incluso sectores del Ejercito han enfrentado a las fuerzas policiales que obedecen a Moreno. “Sigue llegando gente a la capital, y eso es señal de que esto no va a parar hasta que el gobierno no se pronuncie sobre las medidas sociales”.
“El motivo del descontento no son solo las medidas económicas, ya se venia acumulando el malestar” comentó Samuel sobre la gestión de Moreno y su alejamiento de Rafael Correa, y cercanía a la derecha neoliberal.
Los sectores populares han dejado en claro que “se trata de una movilización popular, sin partidos políticos detrás”. Los medios también han tenido su protagonismo: los tradicionales no han dado cobertura (hasta que surgió el estallido social) y por otro lado los medios alternativos que se han ocupado de transmitir y visibilizar todo el conflicto.
La figura del expresidente Rafael Correa no es totalmente reivindicada, sobre todo por los sectores indígenas que fueron detractores de políticas extractivistas aplicadas en su mandato. Sin embargo, no hay figuras representativas que puedan contrarrestar dicha situación “no descartaría que Correa vuelva a ser una figura importante en esta coyuntura”.
Martínez indicó que no es sabido aun si el Ejercito desde sus cúpulas tomará partido por la movilización o seguirá las líneas gubernamentales. Sin embargo, no es la primera vez que integrantes de esta fuerza se enfrentan a la Policía local: existe un antecedente conocido como el “30 S” y que ocurrió durante el 2010.
Hubo una “Marcha Blanca”, que se planteó como una contra-marcha contra las manifestaciones indígenas, reclamando continuar con sus actividades laborales sin piquetes en las calles, que se mantenga la productividad, y tildaron de “golpista” la movilización social. No obstante, esta marcha representó solo un numero ínfimo.
