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EL DESINTERÉS COMO POLÍTICA

Pasaron el terremoto y los diluvios de verano y, como sucede año a año, los problemas en las viviendas se repiten. ¿Cómo está todo en Pocito?¿ Cómo sigue la comunidad del Abanico?.

Franco Muñoz

El terremoto del pasado 18 de enero conmocionó a nuestra provincia como hace años no lo hacía un sismo. Una parte de la comunidad lo vivió como un fuerte movimiento que los llevó a resguardarse en los marcos de sus puertas y a tener insomnios durante esa madrugada, y, en el caso de sus viviendas, logró agrietar paredes o techos ya dañados y tirar objetos. Pero siempre hay otra historia.

Las familias de las zonas más cercanas al epicentro, como El Abanico y El Quinto Cuartel, en Pocito, vieron quebrarse sus casas o caerse paredes y techos. Y a esa imagen de desamparo se le sumaron los diluvios de verano, que lograron colarse por las ya dañadas viviendas, complicaron el trabajo de las brigadas de construcción vecinales, deterioraron los módulos de emergencia y volvieron inútiles muchas de las carpas que el municipio brindó a la comunidad. Radio La Lechuza, el medio comunitario de las y los vecinos de Pocito, no fue la excepción a estos desastres y también se vio inundado.

Para gran parte de la población, toda esta situación es algo increíble. ¿Cómo es posible que tu casa se caiga, siendo que es sismo-resistente y apta para no sufrir goteras? Y la respuesta es que es perfectamente posible: si vivís con una carencia de lo anterior (que es lo básico que necesita cualquier persona), es lo más probable. El olvido de estas otras realidades escapa tanto a la versión oficial como a la realidad de que quienes vivimos en la ciudad. No sólo se requiere de empatía sino de soluciones concretas.

El granizo y el agua atraviesan los techos, la ropa no se seca, las y los niños se inquietan. ¿Hay mayor desigualdad que el desinterés gubernamental?

Luján Romero, integrante de la Asociación Civil Retamo y de Radio La Lechuza y estudiante avanzada de Comunicación Social de la UNSJ, estuvo y está en el territorio junto con sus compañeras y compañeros desde la colecta de alimentos, agua, elementos de higiene y seguridad y con la comunicación de sus acciones. En esta nota, la trabajadora nos pone al corriente de todo.

  • ¿Cómo está la situación al día de hoy en El Abanico y en El Quinto Cuartel después del terremoto y las últimas lluvias?

En la jornada de hoy se puede decir que la situación se “normalizó”, es decir, el agua y el barro se fueron secando y no hemos tenido nuevas tormentas. Pero son varios casos que sumaron daños materiales a los que ya tenían. En la radio, el agua inundó la carpa de donaciones y se mojaron muchos alimentos y materiales de construcción.

  • ¿Qué respuestas ha brindado el Estado (municipal, provincial) a las familias pocitanas para esta situación crítica?

Prácticamente se ha avanzado con algunas medidas que ya se estaban conversando luego del terremoto, pero nada nuevo y concreto. Incluso, familias del Quinto Cuartel intentaron reclamar y se les advirtió que no debían avanzar con ningún mecanismo de protesta sino las soluciones pactadas para dentro de dos meses iban a dar un paso atrás.

Sí hubo un accionar diferente en cuanto a las acciones inmediatas posteriores a la inundación, y es que se puso a disposición lugares de evacuación y resguardo para las familias más afectadas como el Estadio Marcelo García o la Escuela Tierra del Fuego en El Abanico.

Igualmente, tuvimos reunión desde la organización Retamo y estamos dialogando más con el municipio, buscando la forma de gestionar mayores recursos.

  • ¿Qué acciones han tomado entre las y los vecinos y el binomio Retamo-La Lechuza para con la comunidad?

Se mantuvo la misma lógica que luego del terremoto: mantenemos la olla popular activa y las brigadas de construcción. Obviamente, hubo mayor atención hacia los casos afectados por la lluvia y se estuvo en pleno contacto con las autoridades avisando sobre la situación y solicitando las medidas que fueran necesarias a corto plazo como la evacuación. Fue la radio el punto de consulta que tuvieron aquellos vecinos que necesitaban ir a la escuela y no sabían cómo hacerlo, como también fue la olla popular organizada en nuestros estudios la que llegó con sus viandas a la escuela.

En cuanto al Estado Nacional, previo a las inundaciones se contó con el envío de mercadería y numerosos materiales que permitieron avanzar con mayor tranquilidad en la construcción de módulos de emergencia.

  • ¿Han recibido ayuda de otras organizaciones sociales (municipales, provinciales, nacionales)?

Si. Siempre estuvo la disposición de las organizaciones nacionales como el Foro Argentino de Radios Comunitarias o la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), y, a nivel local, son muchas las organizaciones y personas que de manera independiente y luego de la inundación retomaron la colecta y acercaron donaciones. Algunas siguen juntando donativos para repartir en todo el departamento. Aunque decimos que con la solidaridad no alcanza, es la que nos ayuda a mantenernos en pie.

  • ¿Cuál sería la solución a largo plazo para la comunidad?

La solución a largo plazo y que fue planteada por vecinos y vecinas es la posibilidad de tener una casa, que puedan ir pagando de a poco y que sea preferentemente en la zona.

La solidaridad nos ayuda a ponernos de pie. Eso lo tenemos claro. Pero lo que concretamente falta es una decisión política: un instituto destinado a casos de emergencia ambiental, una mejora integral en las viviendas de todo el territorio sanjuanino y mayores oportunidades laborales para prevenir todas estas situaciones. Nosotros lo tenemos claro. No es tan difícil que el Estado provincial lo comprenda.

La Lechuza
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