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¿CÓMO ADAPTARNOS A LA CRISIS HÍDRICA ACTUAL?

San Juan está atravesando una de las crisis hídricas más profundas y no perdona, principalmente, a productores y trabajadores de la tierra que alertan preocupados por la escasez de agua en su plantaciones. Para ayudarnos a dimensionar esta problemática, el ingeniero Maximiliano Batistella, miembro del INTA y compañero de RETAMO, nos relató a La Lechuza los principales detalles que giran en torno a esta situación.

Este 2021 empezó con una fuerte advertencia en cuanto a la escasez de precipitaciones y la disponibilidad de agua para el sector productivo, como también para el consumo humano. Maximiliano Batistella, ex director del INTA nos ayudó a entender este complejo panorama “ahora nos sorprende y empezamos hablar de escasez de agua cuando hemos desarrollado nuestra sociedad en un desierto. Siempre debió ser un tema preocupante”.

La mayor parte de la población y la producción de la provincia se ubica en oasis irrigados, y un porcentaje menor vive por fuera “estos oasis representan menos del 3 por ciento de la superficie de la provincia”. Nuestro desarrollo histórico está tan condicionado a la gestión del agua que, a las sociedades como la nuestra se la denomina “sociedades hidráulicas”

Si bien en los registros de caudal del río San Juan es posible identificar ciclos con mayor y menor derrame, la tendencia histórica es a la baja. En San Juan, la única fuente de agua, tanto la superficial como la subterránea, son las precipitaciones níveas en la zona cordillerana. Por efecto del cambio climático estas tienden a reducirse y los glaciares a contraerse.  “Venimos de más de 6 años de reducción del derrame del río San Juan y este año se registró un mínimo histórico en su caudal y lo estamos viviendo en carne propia”.

“En lo que deberíamos enfocarnos es en ver cómo adaptarnos a esta situación” expresó con preocupación Maximiliano, y añadió que adaptarse implicaría dar una mayor “sostenibilidad”. El ejemplo contraproducente a esta adaptación sería perforar para alcanzar el acuífero y sobre-explotarlo.

Pero lejos de tirar expectativas, el ingeniero señaló que con la tecnología con la que contamos podemos mitigar esta problemática. La agricultura es el mayor demandante del caudal, “un manejo eficiente del agua en las zonas bajo riego, permitiría que haya agua disponible para que los acuíferos se recarguen”.

El 70 por ciento del agua se destina a la agricultura, pero menos de la mitad es usada por los cultivos, y tecnologías como la impermeabilización de canales, la mejora en las compuertas ayudaría y lo está haciendo Hidráulica, pero no será suficiente.

“Es necesario cuestionar el paradigma de distribución de agua actual, ahí está el desafío más importante que tenemos como sociedad”. El agua se distribuye de manera igualitaria y de acuerdo a la oferta. El agua de riego muchas veces está disponible cuando no la necesitan los agricultores, e indisponible cuando los cultivos más lo requieren. Esto, sumado a los problemas de infraestructura, genera las mayores ineficiencias en el sistema de distribución y limita la innovación en tecnologías de riego en las fincas”.

La crisis hídrica es un problema de todos y todas las sanjuaninas, hay responsabilidad gubernamental, sectorial y social en su resolución, ya que es el recurso estratégico más escaso y valioso que tenemos en esta provincia.

La Lechuza
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