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“CAMBIO CLIMÁTICO: LA AMENAZA MEDIOAMBIENTAL MÁS GRANDE”

Tanto en nuestro país como en otras regiones del mundo, existen referentes políticos (principalmente afines a ideas neoliberales) que vienen transmitiendo hace un tiempo, que el cambio climático no es real. No obstante, en la Lechuza decidimos abordar en profundidad el tema con los especialistas Luis Jiménez, Pierluigi Pierantozzi y Eduardo Pucheta, quienes aportaron su mirada a la temática.

 

 El cambio climático ¿Mito progresista o realidad comprobada?

Lideres mundiales como Donald Trump y Jair Bolsonaro, representantes de la derecha mas radicalizada de nuestro país como Javier Milei, sostienen que el cambio climático es una “excusa de izquierda” que no existe como tal, sino que es un fenómeno natural que se produce desde los orígenes de la Tierra.

El investigador del INTA y el CONICET, quien se especializa en eco-fisiología de frutales, tecnología y efectos del cambio climático en cultivos agrícolas, Pierluigi Pierantozzi, expresó que no hay dudas que los cambios climáticos han atravesado toda la historia de nuestro planeta, no obstante “el cambio que estamos viviendo actualmente es antropogénico, deriva del hombre”.

Hace 30 o 20 años los debates sobre el cambio climático empezaban a resonar, pero no era una temática que preocupara en líneas generales a la sociedad. “Hoy lo tenemos encima” señaló Eduardo Pucheta, docente de la Facultad de Exactas de la UNSJ “se ha instalado, por suerte, este tema, además la gente tiene información real”.

El Panel Intergubernamental del Cambio Climático que depende de la ONU (IPCC) ha dado a conocer en su último informe del 9 de Agosto, resultados complejos sobre la situación que atraviesa el planeta, donde como sostienen nuestros invitados “se ha llegado a un punto de no retorno”.

Pierantozzi indicó que este informe analiza aproximadamente 14000 artículos científicos que evidencian que “la actividad humana ha calentado la atmosfera, el mar y la tierra y que no son parte de un ciclo natural”. El planeta ha aumentado ha aumentado 1,3° C en los últimos años desde que el IPCC viene haciendo los informes “todos los pronósticos ven que vamos aumentar quizá 3° C grados de temperatura en el planeta. Y si estamos viendo lo que produce 1.3°, lo que pueda a llegar a pasar con 3° C es complicado”, comentó Pucheta.

Las acciones humanas que llevaron al calentamiento global son numerosas. Algunas tienen que ver principalmente con la industrialización como base de las quemas de combustibles fósiles, la expansión de la agricultura sobre los terrenos fértiles de la tierra “en el año 50 teníamos más del 60 por ciento de la tierra ocupada por ambientes naturales, hoy tenemos un poco más del 30 por ciento” sostuvo Pierantozzi.

En torno a la utilización de tierras, la ganadería también genera un impacto negativo en lo que al cambio climático respecta “los rumiantes producen metano, y si bien es más escaso, tiene 25 veces más poder que el Dióxido de Carbono”. Pero el peligro de liberación a gran escala de gas metano se encuentra principalmente en el Polo Norte y Siberia, debido al derretimiento del Permafrost, que Pucheta definió como “un suelo congelado de hace miles de años, y que contiene el gas producido en su interior por la descomposición de la materia orgánica en ausencia de oxígeno”.

En líneas generales, podemos decir que hace 70 años, el 60 por ciento del suelo terrestre estaba ocupado por ambientes naturales. Hoy solo contamos con un poco más del 30 por ciento.  Se ha logrado desequilibrar la “balanza” al punto de que por un lado hemos generado más Dióxido de Carbono y, por otro lado, hemos disminuido la posibilidad de contrastar este crecimiento destruyendo bosques y selvas.

El cambio climático es una realidad innegable y totalmente comprobable, donde además se suma una idea de desarrollo que colabora con elevar el impacto negativo y con una densidad demográfica que va en aumento.

 

 

 El camino urgente

Los Estados, las empresas y la sociedad en su conjunto deben agilizar en medidas urgentes, pero con una idea clara: el camino no tiene vuelta atrás.

“El IPCC lo que está pidiendo es que a mediados de siglo haya emisión 0 (de Dióxido de Carbono) como única respuesta viable para un clima que no va a ser el mismo que tenemos hoy” expresó el profesor Pucheta.

Para esto, es fundamental revisar la idea de desarrollo vigente “Este modelo que el mundo occidental ha planteado ideal, lo único que tiene de ideal es la calidad de vida de 4 o 5 países, a costa de otros países que no lo pueden hacer”.

Es la mismísima ONU la que en los puntos que elaboró en 2015 en el marco de la agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, asume la problemática medioambiental, pero prioriza objetivos socioeconómicos.

Eduardo Pucheta señaló como ejemplos para acercarnos a los objetivos del IPCC, el cambio de la energía a base de combustibles fósiles, por energía solar. Este modelo energético puede reflejarse en nuestra provincia “de todo lo que se produce, el 50,7 por ciento es energía fotovoltaica y el resto es con represas”.

Otro modelo energético planteado fue el que se desarrolla de manera nuclear “en el balance de costo-beneficio, es mucho más limpia que las que usan energías fósiles”. La energía nuclear cuenta con el estigma de los accidentes nucleares que se vivieron en el siglo pasado, pero actualmente hay nuevas tecnologías y recursos que la califican como una de las mas limpias y menos contaminantes.

Crisis Hídrica y cambio climático: una combinación detonante para la provincia

Estamos en un contexto geográfico e histórico que nos ubican a sanjuaninos y sanjuaninas en una situación muy compleja que se refleja en una sequia extrema por falta de precipitaciones en la Cordillera “pasamos de tener un módulo (cantidad de volumen de agua) de 60 metros cúbicos por segundo a módulos de 30, 25 metros” comento Pierluigi Pieranzotti.

Pensar los recursos hídricos con sequia y calentamiento global de por medio, es un desafío para San Juan, y una complejidad para los sectores que han sido afectados en lo inmediato: los productores agrícolas.

Para entender esta problemática local, conversamos con Luis Jiménez, investigador y actual secretario de Investigación y Vinculación Tecnológica de la Universidad Católica de Cuyo. Se refirió principalmente a que, en la provincia, donde actualmente el derrame del rio es de un poco más de 650 hectómetros cúbicos, la provincia venia utilizando en los últimos 100 años 1350 hm3.

En este sentido, realizó un análisis de cual es el marco en el que se actúa “Hay una gran rigidez en el sistema de distribución de agua, que está vinculada a la ley de agua vigente, la 4392 que se lama 190-L”. Esto se visibiliza en que, según la ley, el volumen de agua disponible año por año debe distribuirse equitativamente a todas las propiedades que tiene el derecho de agua. “Con esa rigidez una finca que no tiene nada plantado tiene derecho a recibir agua” cuando lógicamente “hace falta distintas cantidades de agua según el cultivo, el momento del año y el tipo de suelo”.

No debería alarmar el número que requiere la provincia (y el utilizado durante años) “lo que hace falta es la sumatoria de las demandas de los cultivos en cada una de las fincas en función de sus suelos y ese valor es menor que 1350”.

Jiménez insistió que es necesario un cambio en la política de utilización de agua por parte de los productores “Hay que modificar el sistema de distribución de agua y eso se hace con una decisión política entre los regantes y el departamento de Hidráulica, que tienen que decidir regar por demanda”.

¿El valor económico del agua? Un factor que permitiría alentar a esta racionalización del consumo “en un desierto el agua debería ser el recurso más valioso, sin embargo, en esta zona, no solo en San Juan, se paga muy poco”. Actualmente el canon que se cobra es de $ 1.300 por hectárea al año, sin embargo, lo que gasta el Departamento de Hidráulica en administrar y gestionar el agua que se distribuye, es aproximadamente $6.200 pesos por hectárea y por año.

Tres medidas fueron las propuestas por el investigador: “si el gobierno logra acordar con los regantes para este año y el año que viene, entregar por demanda, eso va a ser un gran aporte a la solución global”, la segunda medida es “la incorporación masiva del riego por goteo” y finalmente la selección adecuada de cultivos, uso racional de suelos, y otras tecnologías como los polímeros microscópicos.

“El cambio cultural se da en el hecho de asumir que este es un desierto, y que el agua que tenemos es escasa y que seguramente con el cambio climático estos problemas van a seguir profundizándose, y por otro lado la población va a seguir creciendo y va a demandar más alimento y más agua potable”.

La Lechuza
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